Pueblo Pequeño. Secretos Grandes Y Sangrientos. El Country Noir.
La frase exacta es la de pueblo pequeño, secretos grandes. Lo de sangrientos, lo añado yo y los autores que ubican sus historias en lugares pequeños y generalmente inhóspitos. Como todo, esa corriente dentro de la novela negra. Tiene un nombre. Y es Country noir.
Los sitios pequeños tienen su idiosincrasia propia. Todo el mundo se conoce y claro, todos saben los secretos de todos. Y depende del secreto y del poseedor del mismo. A veces se impone la máxima, de sí un secreto lo saben dos. Ya no es un secreto. A la que se puede acompañar, con la de los muertos no hablan.
Los mejores que yo he leído. Son los Norte americanos. He leído también alguno de autor y ubicación española. De otros países, la verdad no conozco.
Lo que tengo muy claro, es que para escribir de esos sitios. Tienes que haber nacido allí. Para entender su idiosincrasia. Muy particular.
Básicamente Country noir. Se refiere a cualquier ubicación. Que sea rural, Sea donde sea. Pero en la tradición hay dos territorios que se llevan la palma. Uno son los Apalaches. Y el otro es lo que se denomina el sur. Luego hay otra corriente generalmente ambientada en Texas, y los territorios fronterizos con México. Pero ya es otra cosa diferente.
Los Apalaches es una enorme extensión, de montañas y bosques cerrados. Están habitados por personas que se dedican a desconfiar de todo el mundo, odiar a sus vecinos, emborracharse con licores que ellos mismos destilan y a fabricar anfetaminas en sus granjas.
Desconfían totalmente del gobierno, ellos solucionan sus problemas. Que tienes problemas con el vecino, nada. Se le pega un tiro y se le entierra en el monte. Todo el mundo lo sabe, pero nadie hablará. Eso si, la familia del finado, en cuanto pueda, hará lo mismo con la familia del asesino. Y así a lo largo de los años. ¿Y la policía?, bien gracias. Lo saben o lo sospechan, pero las cosas se hacen así y mientras no se desmadre con una masacre de vecinos. Todo está bien.
Otra curiosidad es que aunque lleves 50 años viviendo allí, nunca dejaras de ser un forastero. Se casan entre primos, si no entre hermanos. Y las hijas partir de cierta edad. Tienen que echar el cerrojo de su habitación. Para impedir la entrada del padre. Y la madre no hará mucho, ya que ella también tuvo un padre así.
Típico ejemplar de la tierra. También llamados en Norte América. Paletos, basura blanca, cuellos rojos y otros apodos igual de afectivos y cariñosos. El Americano de ciudad no los entiende y ellos tampoco a los de ciudad.
Y todo esto bien mezclado. Ha dado y da. Magnificas novelas, muchos ya clásicos de la literatura norteamericana. Al principio era un medio para la denuncia social de su pobreza. Pero ahora ya se ha entrado en mundo criminal puro y duro. Casi todos viven de destilar licores ilegales, fabricar meta anfetamina y al cultivo de una marihuana que levantaría el turbante al mismísimo Bob Marley.
Y de los bosques y montañas de los Apalaches, nos vamos al profundo sur. Poblado por gente igual de violenta y miserable. No todos, pero muchos sí.
A diferencia de los Apalaches. En el profundo sur, son más hospitalarios con los forasteros. Siempre que acaten a rajatabla las reglas de su tierra. La hospitalidad no alcanza a los negros y emigrantes. Sean del país que sean.
Con los negros de sus comunidades, no tienen problemas. Siempre que se mantengan en sus barrios y no confraternicen con los blancos. En una palabra, que sepan cuál es su lugar en la sociedad. O sea por debajo de los blancos.Bajo su punto de vista.
En la casa de un sudista hay dos cosas que nunca faltan. Una es la biblia y la otra una o varias armas. La primera para ellos, les da la justificación para usar lo segundo. Es palabra de dios.
Violencia, tradiciones que no se quieren cambiar, desconfianza a todo lo que viene de fuera y un racismo latente todavía. Es un caldo de cultivo para muy buena literatura.
En la segunda guerra mundial, hubo más de un caso de soldados blancos del sur, que cuando se alistaban en el ejército y veían a un soldado negro con un fusil. Le disparaban. Su justificación era que en sus tierras. Ver a un negro armado, era motivo legal y justificado para pegarles un tiro. Que fuera un soldado no era excusa, además que coño hacia el ejército dando armas a los negros.Y no es una broma. Paso realmente.
Adentrarse en el country noir, es hacerlo en un mundo lleno de dobleces, de códigos escritos en piedra. Trasportarte a sitios donde el tiempo se detuvo hace mucho. Donde el odio no caduca. La sangre con sangre se paga. Personajes duros por dentro y por fuera.
Donde los lazos familiares son sagrados. Lo que no evita que si tienes que matar a tu hermano. Lo hagas. Al final las cosas son como son. Las mujeres son tan duras e implacables como los hombres. Lo da la tierra que los vio nacer y donde quieren ser enterrados.
Por eso digo más arriba. Que para escribir del country noir. Tienes que haber nacido allí. Si no. Jamás lo entenderías. Hay que haber mamado la agria leche de esas tierras. Pero si os garantizo que es una literatura y unas historias. Que merecen mucho la pena.
Y para entender a esas gentes. Unos libros que trata de explicar, como son, como viven y como sienten.
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