Como esto parece que sé esta alargando. Pues una nueva hornada de buena y muy negra literatura actual.

Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con whisky casero, marihuana y metanfetamina sin que la ley repare en ello. Pero el día en que Clayton Burroughs, quien para distanciarse del reinado criminal de su familia se convirtió en sheriff, recibe la visita de un agente federal con un plan maestro para erradicar todas las actividades ilegales a lo largo y ancho de seis estados, las lealtades de una estirpe unida por la sangre pero separada por el deber se verán peligrosamente puestas a prueba…

El autor era bombero, y en sus ratos libres, escribía esta novela. Ha ganado todos los premios literarios. Pedazo de debut y de novela que se ha escrito el tío. Imprescindible.

Si no midiera casi dos metros veinte y tuviera un coeficiente intelectual superior al de Einstein, Al Kenner sería un adolescente ordinario. El día del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, sin embargo, su vida dará un vuelco y saldrá a la luz que en el cuerpo de ese gigantón habita un muchacho traumatizado por los malos tratos que le inflige su madre alcohólica, que disfruta decapitando gatos y jugando a la silla eléctrica con su hermana menor, y que ha asesinado a sangre fría a sus abuelos. Después de cinco años internado en un psiquiátrico, rehabilitado y sin antecedentes penales gracias a su extraordinaria inteligencia y sus dotes de manipulación, Al pisará de nuevo la calle.
Desconcertado ante el pacifismo y la contracultura de los jóvenes de su edad, esos hippies a los que no alcanza a comprender, y tras ver truncado debido a su altura su deseo de alistarse para ir a Vietnam o ingresar en la policía, Al se convierte en asesor psicológico de la policía de Santa Cruz. Como él mismo afirma, «haber matado confiere una auténtica legitimidad en la comprensión del fenómeno del paso a la acción que siempre será un misterio para el neófito», y está dispuesto a ayudar a poner fin a la ola de crímenes que vive California.
Inspirado en un personaje real, Ed Kemper, un asesino en serie condenado a perpetuidad, y narrado como si se tratara de las memorias escritas por el protagonista desde la cárcel, Avenida de los Gigantes es un perturbador autorretrato de un asesino fuera de lo común.
«No hay hemoglobina en este falso thriller, no hay exhibicionismo ni detalles alucinantes, pero sí una buena dosis de suspense aunque desde el inicio se conozca la culpabilidad de su protagonista. La verdadera intriga es sin duda la personalidad del asesino» (Marianne Payot, L’Express).
«Posee la precisión matemática en el horror y la logística de la crueldad tranquila que sólo se encuentra en los grandes maestros rusos» (Albert Sebag, Le Point).
«Preciso y documentado, Dugain manifiesta de nuevo esa facultad de ilusionar al lector en la que Balzac, que tanto sabía de eso, veía la cualidad principal del novelista» (Jacques Nerson, Le Nouvel Observateur).
«Entre novela psicológica, emocionante novela negra y road movie literaria, Avenida de los Gigantes hace la autopsia, a través de un monstruo cautivador, del combate interior de una nación en plena mutación: Estados Unidos» (Anne Berthod, La Vie).
«La fuerza del tema, la inteligencia del planteamiento, la calidad de la escritura, la maestría en el uso de un humor irónico y la elaborada construcción de la novela atrapan al lector, aspirado por la espiral de la tragedia de un hombre y a la vez la de un país, los Estados Unidos de los años sesenta, aquellos del asesinato de los Kennedy y del Festival de Woodstock» (Thierry Gandillot, Les Echos).



 
érase una vez la taberna swan-diane setterfield-9788426405647
En una oscura y brumosa noche, en el pequeño pueblo inglés de Radcot, a orillas del Támesis, los lugareños se reúnen en la taberna Swan para compartir un trago e historias llenas de sabiduría popular. Con seiscientos años de antigüedad, la posada es famosa por reunir a los mejores narradores de cuentos populares, pero esa noche la tertulia nocturna se ve interrumpida por la llegada de un hombre misterioso empapado en sangre que carga en sus brazos a una niña inconsciente. Antes de que el hombre pueda emitir explicación alguna, cae derrumbado.
Mientras tanto, río arriba, dos familias buscan desesperadamente a sus hijas, Alice Armstrong, a la que nadie ha visto desde hace veinticuatro horas tras el suicidio de su madre, y Amelia Vaughan desaparecida dos años atrás sin dejar rastro.
El doctor Doyle, psicólogo forense, es el arma definitiva de la oficina del fiscal del distrito de Filadelfia cuando la retorcida mente de algún asesino elude la habilidad de los demás expertos. Pero tras su exitosa carrera, sigue siendo solo Danny Doyle, el niño apocado al que todos intimidaban y que vive obsesionado con la trágica muerte de su hermana menor y los problemas mentales de su madre.
Al regresar a su pueblo natal para visitar a su abuelo, Danny encuentra por casualidad un cadáver en Lost Creek, donde una vez fuera ejecutado un grupo de mineros irlandeses que protestaban contra sus patronos. Curiosamente, la víctima está relacionada con la adinerada familia responsable de la muerte de aquellos trabajadores. Junto con el veterano detective Rafe, Danny seguirá los pasos del asesino, acercándose sin saberlo a algunas sorprendentes revelaciones sobre su entorno, su pasado y sobre sí mismo…
Alex White es un gris empleado en una tienda de coches usados en Atlanta, Estados Unidos. Agobiado por las deudas y por sus empleadores, un día decide robarles una gran suma de dinero y luego marcharse a México y desaparecer, no sin antes fingir su propia muerte y hacerse con una identidad falsa. Pero el dinero no es de sus jefes sino de un ex militar llamado Solomon Schwartz, quien sale de inmediato tras su rastro, dejando un reguero de sangre a su paso.
Al mismo tiempo, a Moses y Becky Mitchell, marido y mujer y policías, el robo les obligará a emprender una persecución que los llevará, como a Alex y Schwartz, a atravesar carreteras, poblados y pantanos y enfrentarse a las más diversas situaciones (desde tornados hasta caníbales) y a una larga lista de personajes variopintos con los que entrarán en contacto durante su aventura.
Un pueblo perdido de Mississippi. Glen Davis, el hijo pródigo, vuelve a casa. Pero no está arrepentido. Tras una estancia de tres años en la cárcel, regresa, lleno de odio y resentimiento, para saldar viejas cuentas pendientes. UNA HISTORIA DE PADRES AUSENTES, MADRES DESESPERADAS E HIJOS ABANDONADOS. PERROS RABIOSOS, CHATARRA, ARMAS DE FUEGO, SANGRE Y LATAS DE CERVEZA APLASTADAS AL BORDE DE UNA CARRETERA SECUNDARIA.
Páginas de sangre
En junio de 2006 el anciano Allan Chappelow, un reputado fotógrafo y experto en George Bernard Shaw, fue encontrado en su casa londinense bajo una montaña de papeles y desperdicios. Lo habían golpeado brutalmente hasta matarlo. Casi tres años después, Wang Yam, un disidente político chino, fue declarado culpable de su asesinato. Ambos acontecimientos enmarcan uno de los más intrigantes rompecabezas criminales a los que se ha enfrentado jamás la policía y la justicia británicas.
Devoradores de sombras
La joven azafata Lucie Blackman decidió marcharse a Japón a ganar dinero fácil trabajando en clubes selectos. No tardó en sumergirse en las calles de Tokio, donde desapareció para siempre. Durante meses, la única pista de la policía fue un sospechoso mensaje que le dejaron a su mejor amiga diciendo que se había unido a una secta. La verdad resultaría ser mucho más oscura.
Sughrue, detective privado de Meriwether (Montana) que pasa temporadas trabajando en un bar de alterne, es contratado un buen día para seguir la pista de Trahaerne, un escritor de best-sellers desaparecido, al que encuentra en un miserable antro de la Costa Oeste. Inmediatamente, recibe un nuevo encargo: hallar a Betty Sue Flowers, una enigmática joven de la que no se sabe nada desde hace diez años. Como la compañía le resulta bastante agradable, el detective lo embarca en un periplo delirante en el que, a medida que crece la fascinación de Sughrue por la chica, las infinitas ramificaciones del caso parecen burlarse de él.
Plegarias (NOVELA POLICÍACA BIB) de [Kerr, Philip]
¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios?En menos de seis meses, han fallecido tres destacadas personalidades con un nexo en común: todos enervaban a los sectores religiosos más conservadores. Aunque en cada caso se daban circunstancias inexplicables,  nadie cree que se trate de asesinatos ni que exista relación alguna entre ellos. Sin embargo, cuando un famoso escritor ateo sufre una crisis que le daja daga catatónico y a las puertas de la muerte, el agente del FBI Gil Martirns empieza a buscar un posible vínculo entre él y las víctimas anteriores. La investigación se le presenta a Martins en el peor momento, ya que ha dejado de ser un creyente y su ultradevota mujer le ha abandonado por ello.
El hombre que volvió a la ciudad (NOVELA POLICÍACA) de [Pelecanos,  George]
Michael Hudson acaba de salir de la cárcel. Se ha librado de una condena larga gracias a Phil Ornazian, un detective que ha movido los hilos para que retiren la denuncia que pesaba sobre el chico. Decidido a reformarse, Michael quiere buscar un trabajo honrado y llevar una vida tranquila en Washington D. C. Pero Ornazian quiere que le devuelva el favor, y le presiona para que le ayude a dar un último golpe…

Hay novela negra de la América profunda, el detective privado, un psicópata, true crimen. Variadas las recomendaciones. Eso si todas son muy buenas novelas.

0 Comments

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *