En Nápoles, todo el mundo sabe como funcionan las cosas. Donde se cuece todo, los nombres y donde vive la gente que mueve todo lo oscuro de la ciudad. No ver, no oír y sobre todo callar. La omerta. La ley del silencio.
Es una regla no escrita que todo el mundo cumple a rajatabla, si te la saltas ya sabes a lo que te expones. Supongo que para los periodistas que trabajan e informan en Nápoles en el ámbito de sucesos o política. Que suelen ir de la mano. Debe de ser extraordinariamente difícil. Informar, pero. Me cuido mucho de nombrar a según quien o que.
Hasta que alguien. Un valiente o un insensato, se cansa y pone nombres y apellidos a los asesinatos, las guerras de clanes, el trafico de drogas y todo lo sucio que pasa en la ciudad.
Roberto Saviano .
Saviano es un napolitano del año 1979. En su faceta como periodista, siempre ha escrito sobre la mafia, a la que considera un cáncer que corroe su ciudad. Sus artículos iban un poco más allá de lo normal en cuanto a la denuncia publica. Pero en el año 2006 publica Gomorra.
Fue un terremoto en Nápoles, nombres, apellidos, sucesos señalando la autoría de los mismos. Toda la sucia realidad de la ciudad puesta en las páginas de un libro. Disparo directamente al corazón de la camorra. Vendió más de 2 millones de libros solo en Italia. Su siguiente libro cero cero , habla sobre el gigantesco negocio de la cocaina a nivel mundial, con todas sus ramificaciones.
A raíz de la publicación de gomorra, sufrió un sinfín de amenazas. Y el ministerio del interior italiano, le puso escolta permanente. En el 2008 se va de Italia, cuando le avisan que el clan casalesi, habían preparado un gran atentado para matarlo a él y sus escoltas.
Sigue escribiendo novelas sobre la mafia, pues dice que su repercusión es mucho mayor que la de un artículo periodístico.
Nápoles es la ciudad más violenta de la Unión Europea. Su criminalidad organizada, la Camorra, ha asesinado desde 1980 a más de 3.600 personas, más que la suma de IRA, ETA y Brigadas Rojas, y mucho más que la Cosa Nostra siciliana. Pero el rojo de la sangre es solo un aspecto de la calamidad. La otra cara del problema es negra: una ciudad que vive de la economía sumergida se condena a vivir al otro lado de la ley. Los jefes de clan, los usureros y los mafiosos sustituyen gradualmente a los políticos, los bancos y los policías. Ese es el mundo en el que se adentra el escritor y periodista napolitano Roberto SavianoMira la cocaína: verás polvo. Mira a través de la cocaína: verás el mundo. «Escribir sobre la cocaína–en palabras del autor–es como consumirla. Cada vez quieres más noticias, más información, y las que encuentras son suculentas, ya no puedes prescindir de ellas… Cuanto más desciendo en los círculos blanqueados de la coca, más me percato de que la gente no sabe. Hay un río que corre bajo las grandes ciudades, un río que nace en Sudamérica, pasa por África y se ramifica hacia todas partes. Hombres y mujeres pasean por la Vía del Corso y por los bulevares parisinos, se reúnen en Times Square y caminan con la cabeza gacha por las avenidas londinenses. ¿No oyen nada? ¿Cómo lo hacen para soportar todo ese ruido?»Nápoles, hoy, es una ciudad bella y terrible: es el reino de la camorra, y los chicos que crecen allí lo hacen bajo su influjo. Una pandilla formada por diez de ellos se lanza a la conquista de la ciudad: provienen de familias normales, les gusta lucir calzado de marca y tatuarse el símbolo de su banda.
Liderados por Nicolas Fiorillo, alias Marajá, el grupo de adolescentes utiliza las motos como los forajidos de las películas del Oeste usaban los caballos: invaden las aceras, atropellan a peatones, se escabullen por las estrechas calles del centro histórico. Quieren hacerse con una parte del negocio del tráfico de drogas y la extorsión, y aprovechando el vacío que han dejado algunas familias se alían con un viejo jefe de clan para iniciar su ascenso. El poder se afianza ganándose el respeto, sembrando el miedo, aplicando la violencia: un like en el Facebook de la novia de otro puede convertirse en una sentencia de muerte, si hay que probar armas nuevas se utiliza como blanco a un grupo de emigrantes, y en el camino hacia la cima no hay amigos, ni antiguas lealtades…A partir del éxito que supuso la publicación de Gomorra, Roberto Saviano se vio obligado a vivir con protección. Así, desde octubre de 2006, ha tenido que vivir oculto y acompañado siempre por varios guardaespaldas, cambiando frecuentemente de lugar de residencia y sin poder disfrutar de la libertad. Sin embargo, su conciencia de escritor se mantiene, y buena prueba de ello son estos dos textos que publicó en 2008 en Italia. En ellos, habla de lo que mejor conoce, el sur de Italia y en concreto Nápoles y sus habitantes. El primero, “El anillo”, sobre el asesinato de dos inocentes en Nápoles, es una reflexión sobre cómo desde fuera se condena a la gente de Nápoles, de modo que hasta las víctimas son vistas como culpables. En el segundo, “Lo contrario de la muerte”, la historia de una joven viuda de guerra, muestra una sociedad en que el ejército es una de las pocas salidas posibles, y donde “la última guerra” no es la segunda guerra mundial sino el conflicto más reciente donde ha ido una misión de paz italiana.on esta novela basada en la muy cruenta realidad napolitana, Roberto Saviano continúa explorando las entrañas de la Camorra. En Beso feroz retoma a los adolescentes mafiosos de La banda de los niños allí donde los dejó. Si ese libro se cerraba con una madre clamando venganza por la muerte de su hijo, este arranca con el intento de llevar a cabo esa venganza de la forma más terrible posible: asesinando a un bebé en la sala de recién nacidos de un hospital. En esta novela asistimos al ascenso al poder de Marajá, que se enfrenta a otras familias que quieren restablecer el orden anterior. Saviano retrata las guerras de los clanes por el control de la droga y los camellos, la presencia de bandas de gitanos, chinos y albaneses, los tentáculos del crimen organizado que se extienden hacia el norte del país, las venganzas, las traiciones y la sangre con la que se pagan. Y de nuevo nos topamos con Nápoles, esa ciudad devastada por la Camorra, y con esos jóvenes cuyos sueños se componen de coches de lujo, armas, sexo, cocaína y violencia que engendra más violencia. Podríamos estar ante una tragedia shakespeariana, con sus ambiciones, codicia, deslealtad, luchas por el trono, tentativas de redención, personajes que pugnan por mantener la dignidad en medio de la podredumbre… Pero estamos ante la más cruda realidad, plasmada una vez más con mano maestra por Roberto Saviano, cronista imprescindible de la descomposición moral y social del sur de Italia a manos de los clanes mafiosos.
Es curioso como el autor, que lleva tiempo sin arrimarse por Nápoles, por la cuenta que le trae. Sigue tomándole el pulso a la ciudad. Una buena prueba de ello es La banda de los niños y su continuación Beso feroz. Donde explica que ahora la violencia la ejercen bandas de adolescentes que nada tienen que perder y son los que ahora mismo están desangrando Nápoles.
Un autor muy valiente, que escribe fuerte y muy claro, sobre su ciudad, y sobre la mafia Napolitana y el gigantesco negocio que es el narcotráfico.
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