Presentarse a un concurso literario, con seudónimo, siempre me ha parecido una maniobra muy controlada. Si lo ganas, a la hora de recoger el premio, sales al estrado y dices soy yo, fulano de tal, reconocido escritor. Soy tan bueno que ni ocultándome detrás de un seudónimo, puedo dejar de ganar. El ego a tope. Y si no lo gano, pues como he utilizado un seudónimo, pues nadie se entera que no he ganado y ha habido libros mejores que el mio. Mi ego protegido.

Pero escribir, triunfar y seguir protegiendo ferozmente la identidad, eso ya es otra cosa. Carmen Mola, y Elena ferrante.Son dos magnificas escritoras, de, echo lo único que se sabe a ciencia cierta es que son mujeres. A partir de, hay, son todo, especulaciones.

Carmen Mola. Lo, único que se sabe de ella, es que es madrileña, profesora universitaria y tiene tres hijos. Nada más.

A través de un amigo de ella, que estaba metido en el mundo editorial.Hace llegar a una representante de escritores, el manuscrito de la novia gitana, la representante, lo cuenta ella. Antes de irse a casa, abrió el mail del manuscrito y le dieron las tantas en la oficina leyéndolo. Rápidamente lo hizo circular entre varias editoriales, para que lo leyeran.

Todos coincidieron en que era muy bueno, diferente. Pero, también en que no estaban seguros de publicar algo tan violento y sobre todo a que publico dirigirlo. No solo eso, la escritora, se negaba en redondo a cualquier tipo de presentación personal, entrevistas, coloquios. A nada que alterara su privacidad.

Fácil no lo ponía. Al final se impuso la calidad de la novela y se, publico con sus condiciones. Y empezó a funcionar el, boca a boca, las recomendaciones. Un éxito de ventas y opiniones positivas. De, echo se ha publicado en los principales mercados europeos y ha sido un éxito de ventas. A Carmen Mola la conocen y la publican en toda Europa.

Luego llego la red purpura, la gente quería más historias, aún más brutal. Las escasas entrevistas que ha concedido, siempre vía email. Da a entender claramente que lo de salir de su zona de intimidad, no lo contempla bajo ningún concepto.

Por entrevistas que le he leído. Queda muy claro que no le interesa lo más mínimo el mundo editorial, las promociones y el postureo intelectual. Yo solo sé que todo el que ha leído sus dos novelas, está esperando la tercera.

«En Madrid se mata poco», le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; «pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo», podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos.
Susana Macaya, de padre gitano pero educada como paya, desaparece tras su fiesta de despedida de soltera. El cadáver es encontrado dos días después en la Quinta de Vista Alegre del madrileño barrio de Carabanchel. Podría tratarse de un asesinato más, si no fuera por el hecho de que la víctima ha sido torturada siguiendo un ritual insólito y atroz, y de que su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, también en vísperas de su boda. El asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana pequeña, o hay un inocente encarcelado.
Por eso el comisario Rentero ha decidido apartar a Zárate del caso y encargárselo a la veterana Blanco, una mujer peculiar y solitaria, amante de la grappa, el karaoke, los coches de coleccionista y las relaciones sexuales en todoterrenos. Una policía vulnerable, que se mantiene en el cuerpo para no olvidar que en su vida existe un caso pendiente, que no ha podido cerrar.
Investigar a una persona implica conocerla, descubrir sus secretos y contradicciones, su historia. En el caso de Lara y Susana, Elena Blanco debe asomarse a la vida de unos gitanos que han renunciado a sus costumbres para integrarse en la sociedad y a la de otros que no se lo perdonan, y levantar cada velo para descubrir quién pudo vengarse con tanta saña de ambas novias gitanas.
La red púrpura (Inspectora Elena Blanco 2) de [Mola, Carmen]
Un día tórrido de verano la inspectora Elena Blanco, al frente de la Brigada de Análisis de Casos, irrumpe en la vivienda de una familia de clase media y llega hasta la habitación del hijo adolescente. En la pantalla de su ordenador se confirma lo que temían: el chico está viendo una sesión snuff en directo en la que dos encapuchados torturan a una chica. Impotentes, presencian cómo el sádico espectáculo continúa hasta la muerte de la víctima de la que, de momento, no conocen el nombre. ¿Cuántas antes que ella habrán caído en manos de la Red Púrpura?
La BAC ha estado investigando a esta siniestra organización desde que salió a relucir en el caso de «la novia gitana». Durante meses ha recopilado información de este grupo que trafica con vídeos de violencia extrema en la Deep Web, la cara oculta de la Red. Y a lo largo de todo este tiempo, Elena Blanco ha mantenido en secreto, incluso para su compañero el subinspector Zárate, su mayor descubrimiento y temor: que la desaparición de su hijo Lucas cuando no era más que un niño pueda estar relacionada con esa trama macabra.

Elena Ferrante, Otra escritora que guarda con fiereza su anonimato. El problema es que a esta autora, le hicieron una salida del armario a la fuerza en toda regla. Investigando y siguiendo el rastro del dinero de los derechos de autor, les llevo hasta Anita Raja.

Elena Ferrante
Anita Raja, alias Elena Ferrante.

En Italia, el descubrimiento y los medios para llevarlo acabo, de la identidad de la escritora, provocaron un gran debate sobre el derecho a la intimidad. La respuesta de Elena Ferrante o Anita Roja, ha sido el silencio más absoluto.

¿Y que tiene Elena Ferrante para provocar tal curiosidad?, Pues muy fácil, es la autora de la estupenda, brillante e imprescindible saga Dos Amigas.

Con La amiga estupenda, Elena Ferrante inaugura una tetralogia deslumbrante que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Lenù y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, es el ingrediente de todas las salsas.
La relación a menudo tempestuosa entre Lila y Lenù viene acompañada de un coro de voces que dan cuerpo a su historia y nos muestran la realidad de un barrio pobre, habitado por gente humilde que acata sin rechistar la ley del más fuerte, pero La amiga estupenda está lejos del realismo social: lo que aquí tenemos son unos personajes de carne y hueso, que nos intrigan y nos deslumbran por la fuerza y la urgencia de sus emociones.
Ella me demostró que yo no había ganado nada, simplemente porque en este mundo nuestro no había nada que ganar…y lo que de verdad valía la pena era verse de vez en cuando para que el sonido enloquecido de nuestras mentes fuera rebotando de la una a la otra sin parar.

Ella es una mujer hermosa, alocada, y su nombre es Lila. Es la misma niña que conocimos en La amiga estupenda, el primer tomo de esta espléndida trilogía y ahora, recién cumplidos los dieciséis años, acaba de casarse con un hombre al que desprecia. La otra, que escucha, la sigue y sin querer la imita, es Nanú, una alumna brillante, empeñada en aprender de los libros todo aquello que Lila aprende de la vida a secas.

Así, en este rebote de sensaciones, se desarrolla una amistad muy peculiar, una relación donde la complicidad es ley. Basta una mirada de Lila para que Nanú entienda qué pasa realmente en el dormitorio de su amiga. Basta una sonrisa para descubrir qué se esconde tras esos vestidos caros que se acoplan al cuerpo de Lila como un guante, provocando a los hombres del barrio. Basta un gesto para que Nanú sepa que Lila va a cometer una locura y nadie será capaz de detenerla.
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Lila se casó muy joven con el hombre más adinerado el barrio y poco tardó en dejarlo. Ahora vive en un barrio miserable, entre cuatro paredes húmedas donde comparte lo poco que le proporciona un salario de obrera con su hijo y un amigo, pero su ingenio no ha mermado; solo se ha transformado en rabia. Es quizá este odio hacia sí misma lo que la llevará a capitanear las revueltas en la fábrica y a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su compañero. Elena, en cambio, ha continuado con los estudios e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre Nápoles y Pisa, y se casa con un profesor de la universidad de Florencia.
Así, a primera vista, nada une ya a las dos amigas, pero el barrio de Nápoles donde fueron niñas aun las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo que ya se fue, y lo que han ido haciendo con su cuerpo se cobra su precio. De fondo, las luchas sociales en Italia, un país que en los años setenta del siglo pasado vivió un tiempo de plomo difícil de definir y también de olvidar.
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La niña perdida pone punto final a «Dos mujeres», la historia de dos amigas que nacieron a mediados del siglo XX en Nápoles y desde pequeñas fueron compartiendo una amistad compleja, con momentos de duda o ausencia, pero siempre cómplices. Lina y Elena son ahora adultas y han tomado caminos distintos: Elena dejó Nápoles para casarse y convertirse en una escritora de éxito en Milán. Solo un amor de juventud que vuelve a florecer la devolverá a Nápoles, donde la espera Lina, que ahora es madre y además ha triunfado muy a su manera en el negocio local. Elena es la señora culta, Lina es en apariencia la mujer de barrio, ignorante y poco dispuesta al refinamiento, pero la inteligencia pura y la intuición están del lado de Lina. Los hechos se precipitan cuando un buen día de repente, la hija de Lina desaparece: ¿asesinato, rapto, muerte? Nadie sabe, y el barrio murmura. Desde entonces, Lina ya no es la misma y la locura acecha. Todo -los hombres, las mujeres, el paisaje, la ciudad entera de Nápoles- se convierten en testigos del duelo de una madre que no sabe llorar y un buen día también desaparecerá, devolviendo al lector a las primeras páginas de esta espléndida saga.

Esta obra, realmente habla de una ciudad, de Nápoles, una ciudad dura, cruel, pero también la ciudad de las protagonistas. Un fresco sobre una época y una manera de vivir. La escritora cuenta muchas cosas y todas muy bien. Todo sabe a auténtico, ha vivido. De lo poco que se sabe de la autora, es que es Napolitana. Merece mucho la pena, abrir la primera página del primer libro de la saga e irse al Nápoles de otra época. Te costara volver.

Dos escritoras que defienden con uñas y dientes su privacidad. Dos estilos totalmente diferentes. Y dos escritoras que merecen mucho la pena.

De los libros de Carmen Mola, esta muy avanzada la idea de llevarlos al cine, De los libros de Elena Ferrante, la HBO, ya ha estrenado la primera temporada, que corresponde al primer libro. Y en nada estrena la segunda.

Serie muy fiel al libro y totalmente recomendable. https://www.filmaffinity.com/es/film998850.html.

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