La teoría dice, que cuando abres una novela de Nordi noir. Te vas a encontrar un nivel de violencia entre medio y bajo. Esa cosa de la violencia es más de países menos civilizados o de sangre más caliente.

Pero claro, en esto llego JENS LAPIDUS y se dijo, de eso nada. Aquí se cuecen habas como en todas partes, y por muy civilizados que seamos. Conducimos volvos, y sentamos nuestros culos en muebles de ikea y también tenemos violencia y mafias.

JENS LAPIDUS es abogado penalista en Suecia. Y bastante bueno. Sus clientes son narcotraficantes, mafiosos balcánicos y gente que nunca sale en las novelas negras nórdicas, por que se supone que en sus países esa gente no esta.

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Y claro que están, si lo sabrá el, que los libra de la cárcel. Si sumamos esto a que al autor, reconoce que la novela negra nórdica, le aburre mucho y que el lo que lee es a gente como a james Ellroy. Pues cuando se puso a escribir, no le salio una novela típica nórdica.

Una novela policial sin policías donde el objetivo es obtener dinero de la forma más fácil posible.
Los bajos fondos de Estocolmo son un sumidero al que han ido a parar todos los desechos de la sociedad sueca: drogadictos, camellos, putas, mafiosos, ladrones, bandas… Todos quieren defender su territorio y lucrarse a cualquier precio. Campan a sus anchas por las páginas de esta incisiva novela y la policía solo aparece en las actas judiciales. Una novela policial sin policías donde el objetivo es obtener Dinero de la forma más fácil posible.
Jorge, JW y Mrado forman parte de la fisonomía de estos bajos fondos. Jorge está entre rejas, aunque en poco tiempo se fuga para cargarse al chivato que lo enchironó. Mrado se ve incapaz de compatibilizar su papel de matón yugoslavo con el de padre que lucha por la custodia de su hijita. Y JW conduce un taxi mientras se viste con ropa de Marc Jacobs de segunda mano e intenta aparentar ser de una clase social a la que no pertenece. La enigmática desaparición de Camilla, la hermana mayor de JW, será el nexo de unión de sus tres vidas y el desencadenante de un deseo de venganza con un denominador común: el gran capo Radovan.
A Mahmud no le queda otra que acabar trabajando para el capo yugoslavo Radovan tras su paso por la cárcel. Niklas vuelve a casa de su madre después de unos difíciles años en Irak enrolado en una organización militar. Y Thomas Andrén se debate entre policía corrupto y delincuente de poca monta. Un caso de asesinato en el que hay más sombras que luces se convierte en una niebla que envilece las calles de la capital, y además hace que los protagonistas tropiecen con algo que podría resultar demasiado grande… Incluso para la propia Suecia: la muerte del primer ministro, Olof Palme.
El legado se ha transmitido. De padre a hija. De hermana a hermano.
La actitud, el honor, el poder.
El dinero sucio -no importa de dónde proceda- se pasará a efectivo cuando lo haya blanqueado la persona correcta: JW no ha malgastado el tiempo que ha pasado en la cárcel. Está preparando una reaparición por todo lo alto.
Jorge está cansado de su rígida existencia vendiendo cafés y capuchinos. Una vida llena de lujos surge en el horizonte cuando planea su último golpe. Esta vez se trata de mucho dinero, de algo grande. Un cerebro en la sombra se encarga de la planificación. Pero la policía le pisa los talones. Un policía de incógnito se ha infiltrado en los círculos criminales de Estocolmo.
Mientras, alguien quiere llegar al mismo Padrino, Radovan Kranjic. Varias personas comienzan a preguntarse ¿quién será el nuevo rey de Estocolmo cuando Radovan no esté? Las técnicas varían; protección, robo, coca, proxenetismo abren paso a nuevos negocios: la construcción, las empresas de trabajo temporal marcan los nuevos tiempos. La búsqueda de dinero, poder y una vida sin preocupaciones en un lugar al sol continúa. La meta es el dinero fácil, y una vida de lujo.

Esta es la trilogía negra de Estocolmo, un éxito de ventas y critica, tanto en países nórdicos, como en el resto del mundo. Un vistazo de primera mano a los bajos fondos de estocolmo. Que al final son tan negros y sucios, como en todas partes.

«La justicia perfecta desde un punto de vista moral es imposible»Esa una firme creencia del autor.

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