De niño, siempre me fascino la llegada del circo, de la noche a la mañana, en un descampado, brotaba el color y la alegría y un mundo mágico. También había la leyenda, que cuando se iban, si no tenias cuidado se llevaban a algunos niños.
Lo que más le gustaban a los niños, eran los payasos, adultos de caras pintadas, que nos hacían reír. ¿ pero que hay tras esas caras pintadas? ¿ eran solo un atrezzo de su trabajo, ocultaban algo ?. ¿ que se esconde detrás del maquillaje ?. Aparecían y desaparecían por arte de magia. ¿ era eso bueno ?

Will Elliott, también se debió de hacer las mismas preguntas. A los 19 años el autor, se le diagnostico esquizofrenia. Al poco de llegar a casa con el diagnóstico, empezó a escribir de manera compulsiva esta novela. Trabajo sin parar, y en tres meses tenia acabada la novela.
El autor declaro que era una manera de mantener a raya su paranoia, que empezaba a manifestarse. No tengo yo, nada claro que lo consiguiera después de leer la novela. Las ideas y personajes que bullen en su novela, no se le ocurren a una persona con la mente sana.
De echo , no es que el circo y su enferma troupe , cambien al protagonista , lo que consigue es sacar todos sus demonios a pasear y darle cobertura para poder sumergirse en su locura y en los terribles actos que comente .
Que tuviera 19 años cuando lo escribió, es un dato importante, para darle valor a la obra. Si no sabéis su edad, pensareis que estamos ante una obra de un adulto muy formado y de mente algo deformada.
Una muy buena novela, sobre el descenso a la crueldad del ser humano. Que muchas veces para aflorar, solo necesita un poco de maquillaje.
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